Esta pieza que titulo Siesta viene a cuento de mis primeros años como ceramista.
Había metido en el horno cinco perfumeros calados con sus respectivos tapones. Estaba esperando a que subiera la temperatura y en la espera me quedé dormida en el sofá.
Cuando desperté del sueño el horno se había disparado a mil, al abrirlo me encontré con esta sorpresa, los perfumeros fundidos unos con otros y nada era lo que tenía que ser. Le tengo cariño a mi SIESTA que me hace suponer que aquel sueño fué muy placentero
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