Cuando terminé mis estudios en la Escuela de Cerámica de La Rioja opté profesionalmente por dedicarme a hornear y presentar mis piezas de Raku.
Fueron ocho años de trabajo con esta técnica de la que guardo muy buenos recuerdos.
Pasados otros tantos y más he vuelto a recuperar esta técnica esta vez motivada por mi afición al mundo bonsái que está tan ligado a la cultura japonesa.
Un nuevo reto, otra experiencia y más satisfacciones.
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